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Anthony Lavey hijo de Anton Lavey, está ahora guiando a las personas a Jesucristo. Pero ha sido un camino largo y violento para Anthony LaVey, quien cambio su nombre a Jess LaVey para escapar de la comparación con su fallecido padre, Anton LaVey, fundador de la Iglesia Mundial de Satanás. El da testimonio de la obra de Dios hecha en su vida a pesar de llevar en su cuerpo cicatrices profundas en su físico y en su mente por los rituales a los que fue sometido por su padre.

En dicha entrevista mencionó que el sueño de su padre era que el asumiera el liderazgo de la iglesia.

Rompiendo con el hielo, Jess confesó que a los 6 años fue a la escuela por iniciativa de un tío suyo debido a que su madre abusaba sexualmente de él, lo mismo que hacía su padre con frecuencia cada vez que lo traía de vuelta a casa.
Permanece en él el dolor, la frustración y el terror de lo que hizo su padre con el cuando tenía 11 o 12 años: lo golpeó con una pata de cabra, y entonces lo castró!
“El estaba realmente enojado porque no pudo obtener de mí lo que quería”, dijo Jess. Su padre quería que el guiara eventualmente la Iglesia de Satanás.

Un “pop icon” (ídolo popular) de los años 1960 a 1970, Anton LaVey tenía iglesias en San Francisco y en Hollywood, CA, con membresías reportadas en los 50,000.
Un “Sábado Negro”, el 30 de abril de 1966, Anton LaVey declaró el arribo de la Era de Satanás. Dos años más tarde, en una tarde de Navidad, dentro de la madre iglesia de los satanistas en Easter, Berlin Jess nació.


Aunque él pasó muchos de sus primeros años en pensionados escolares, Jess dijo que su padre insistía en llevarlo a visitar su hogar. Allí, su padre lo violaba repetidamente y lo forzaba a atender los rituales. “El era raro, excéntrico, él era un hombre enfermo”, dijo Jess.
Jess LaVey se rebeló a los 14 años, una vez usó una pluma incandescente para escribir “Jesús Salva” sobre las paredes de un cuarto reservado para rituales. Pudo hacer contacto con una iglesia Vineyard en Oceanside, California, donde recibió liberación de las fuerzas demoníacas. “Yo sentí como si una gran montaña hubiera sido levantada de mí, y yo estaba totalmente agotado”, dijo. “Pero había paz.”
Más tarde Jess LaVey, contra todo pronóstico y dejando atrás la sentencia maldita y oscura dejada por su padre de que satanás lo había sellado para siempre, se graduó de una pequeña escuela rural Indian Bible en Hemet, California y fundó el Ministerio “La Espada del Espíritu”.


Jess LaVey ha sido un frecuente huésped de iglesias y de shows de radio cristianos, para hablar sobre los peligros del interés de las personas sobre lo oculto.
LaVey rehusó asistir al funeral de su padre en 1997. Hoy, el guarda fotos de su padre en un lugar fuera de su hogar móvil, porque el no quiere influencias demoníacas dentro de su casa.

Es ahora pastor en una iglesia cristiana de Yucaipa, California de acuerdo a una entrevista aparecida en una edición de julio-agosto de la revista vida cristiana.
Jess se ha dirigido a miles de jóvenes que han tenido algún contacto con el ocultismo. Lleva el mensaje de la cruz tan lejos como su salud le permite. A los 33 años de edad sabe que es fundamental ser un joven que sirva a Dios.

Tomado del Fanzine Crazyhead N. 11